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18 de agosto de 2010

Volando sobre nada.

Ese ruido de lo indulgente volviendose castigo, ya no soy yo. Volar como vemos vuelan los rayos ignorando creer que caen en algún lado, en alguna nada, donde no estoy yo.
El agotamiento inminente en una procesión equivalente a veinte pascuas españolas y ochenta halloweens en NYC, hace que hoy no pueda peregrinar a la Meca.
Convencer a todo el mundo de que te quiera es una tarea poco digna, a la vez sucia y terrible, pervierte aun cuando se haga con nobles ideas.
Tengo el derecho a estar equivocada, a tener pecas, a tener un granito de vez en cuando y, por qué no, a tener celulitis (!!) ¿Pero no tengo también derecho a ser quien quiero ser? ¿Yo proyecto esa oscuridad alrededor mio?
Tensa, tensa. No estoy hecha ni de elástico, ni de piedra. No hay molde para quien no tiene forma. Soy como un cristal, transparente y frágil, me quiebro frente a todos siempre entendiendo que nadie admira algo de valor que se rompe. La belleza perece y no hay peor horror que ese.
Me abalanzaría sobre la montaña, iría contra ella, la dinamitaría en infinitas piedras. Qué triste esperanza, creer en un hombre que no existe más que en vos, creer en un Dios que no existe más que en vos, rodeada de Diablos y de sombras. La única que ruge es una, la única que llora, la única que se moja, la única que se está purgando, la única que mañana va a ser mariposa.
¿¿Estaré loca yo que miro gente muerta??

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