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1 de julio de 2009

Tus tiempos no me dan paz, en la espera no descanso. La expectativa misma, rota.
Tus besos no tienen el mismo efecto que solían tener, ya no me arrastrás como algo inflamable cuando se enciende tu instinto. Nuestra relación ya no es un cuartel, y hace tiempo no es nuestro fuerte.
Esta transición no tiene un final conjunto, "lo nuestro es determinante" en carácter disyuntivo.
Cada marca en tu piel, arriba... abajo, meandrosa y profunda, gritona. Mil imágenes. Mil gritos por tus gritos. Mil lágrimas por esa opresión que deja de apuntalar en tu pecho.
Te caés de la cama y no te despertás, vos y yo no nos veremos hasta encontrarnos soñando uno nuevo.

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