Principio.
- Dejá que sea yo. Permitime elegirte. Estoy enamorada.
Le cuento a la pared y me trago la bilis esta vez.
Con un gusto amargo:
- ¡Mierda!. Mi amor, al rato dame un beso, pero damelo despacio así es eterno como esto que siento.
Fin.
Niñata de mierda, quedaste embarazada. Ahora tu bebé se suma a tu dogmatismo sin aborto, el parto sin anestecia, anomia, anarquía, nada de abogados. No puedo imaginar nada más que tu próxima marginalidad.
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